Las residencias de ancianos acogen principalmente a personas mayores discapacitadas, semidiscapacitadas o a pacientes en período de recuperación. Debido a una función respiratoria debilitada, enfermedades cardiopulmonares subyacentes o necesidades de recuperación posteriores a la rehabilitación, estos grupos a menudo requieren oxigenoterapia básica continua y a largo plazo, como aliviar los síntomas de hipoxia causada por insuficiencia respiratoria y mejorar los niveles bajos de oxígeno en sangre debido a la disfunción cardiopulmonar. Mientras tanto, el personal de enfermería está sobrecargado con pesadas tareas de cuidado diario y tiene tiempo y energía limitados, lo que impone mayores exigencias al equipo de suministro de oxígeno en términos de “facilidad de operación”, “bajo mantenimiento” y “estabilidad”.
En base a estas necesidades prácticas, se recomienda priorizar unidades de generación de oxígeno de tamiz molecular de tamaño mediano con una capacidad de producción de oxígeno de 8-20 m³/h, combinadas con un sistema de suministro de oxígeno centralizado. Esta configuración suministra oxígeno directamente a cada cama de enfermería a través de tuberías, lo que elimina la necesidad de manipular frecuentemente los cilindros de oxígeno. No solo reduce la carga de trabajo adicional del personal de enfermería, sino que también evita los riesgos de colisión para las personas mayores o los pacientes causados por el movimiento de los equipos de suministro de oxígeno, al tiempo que satisface la demanda simultánea de oxígeno de varias camas.
Se deben centrarse en tres aspectos clave para el rendimiento del equipo: Primero, la estabilidad operativa a largo plazo: la unidad debe soportar un funcionamiento continuo sin fallas durante ≥24 horas para evitar interrupciones de la oxigenoterapia debido al apagado del equipo y garantizar la seguridad de las personas mayores. En segundo lugar, ciclos de mantenimiento extendidos: los consumibles principales (p. ej., filtros de aire, elementos filtrantes de precisión) deben tener un ciclo de reemplazo de ≥3 meses, lo que reduce la frecuencia de desmontaje y mantenimiento y alivia la presión de gestión del equipo sobre el personal de enfermería. En tercer lugar, operación inteligente y fácil de usar: el equipo debe estar equipado con funciones de monitoreo en tiempo real de la concentración de oxígeno y la presión de salida, lo que permitirá al personal de enfermería rastrear fácilmente su estado. Los pasos de operación deben simplificarse (p. ej., inicio con un clic, ajuste del flujo de oxígeno mediante perilla), lo que permite su uso sin capacitación profesional. Además, se recomienda el soporte remoto de alarmas anormales (p. ej., conexión a un dispositivo de alarma visual y audible en la estación de enfermería), lo que garantiza que el personal de enfermería pueda detectar y abordar rápidamente problemas como concentraciones deficientes o presión anormal, mejorando aún más la seguridad de la oxigenoterapia.